Título: Armas para la eternidad
Autor: San
Antonio (seud. de Frédéric Dard, 1921-2000)
Título original: Les anges se font plumer (1957) \ serie
“San Antonio”
Traducción: Ramón Hervás
Cubierta: Antonio
Bosch
Editor:
Editorial Bruguera (Barcelona)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 1973-06
Descripción física: 222, 2
p.; 10,5x17,5 cm.
Serie:
Comisario San Antonio de la policía de París #1
ISBN:
978-84-02-03080-1 (84-02-03080-7)
Depósito legal: B.
17.882-1973
Estructura: 3 partes,
16 capítulos, conclusión
Información sobre
impresión:
Impreso en los
Talleres Gráficos de
EDITORIAL BRUGUERA,
S.A.
Mora la Nueva, 2 -
Barcelona - 1973
Información de
contracubierta:
SAN ANTONIO
COMISARIO DE LA
POLICÍA DE PARÍS
Apasionantes intrigas,
acción desenfrenada y humor negro, son las características más acusadas de un
estilo distinto a todos: el de la NUEVA NOVELA POLICIACA
Información de página
final:
Próximo título:
BALAZOS A “GO-GO”
Esta vez el comisario
Sanantonio tiene que habérselas con una banda de gangsters de tipo mafioso.
Esta gente utiliza la metralleta con tanta facilidad como su suegra de usted
utiliza la sinhueso, aunque con más eficacia, se lo aseguro. Pero Sanantonio
encuentra una pista, y cuando un poli encuentra una pista es como un can que
encuentra un cubo de basura: lo primero que hace es meter la nariz dentro. La
pista le conduce a un testigo, y ya saben ustedes que no hay nadie como
Sanantonio para convertir un testigo en sospechoso y un sospechoso en culpable,
¡siempre y cuando una ráfaga de metralleta no interrumpa el proceso!
BALAZOS A “GO-GO”
MI COMENTARIO:
El comisario San-Antonio es un agente secreto
francés. Debe ir a Italia para detener la entrega de un importante cargamento
de armas a un grupo terrorista árabe. Lleva a su madre Félicie, que en el
momento culminante lo ayuda con su misión. Primero va a la costa del Adriático,
luego a Suiza y todo termina en el puerto de Génova. Más allá de la trama, lo
relevante de la novela es el uso que hace Dard del lenguaje, con un montón de
juegos gramaticales, chistes, cambios de tono, descripciones rimbombantes,
notas a pie de página que son mensajes directos al lector, etc., todo en versión
humorística, sarcástica y políticamente incorrecta. Hoy seguramente la
neoinquisición imperante colgaría en la plaza pública a Dard, aunque sospecho
que es incapaz de entender la riqueza verbal que vierte el autor en esta obra. También
es cierto que San-Antonio (o Sanantonio, como se lo nombra aquí) es tan capaz
de golpear y torturar como de hacer observaciones ingeniosas. Es un tipo duro
cuando la situación lo requiere. Es que quizás la dureza del mundo en el que
vive sólo puede tener alivio en el cultivo de un humor personal vivaz e
ilimitado. Una buena lectura mientras se viaja o se vacaciona.
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