Título: El verdugo acecha
Autor: Jérôme Belleau (seud. de Stéphane Jourat, 1924-1995)
Título original: Le Diplomat montre les dents (1962) \ serie “Le Diplomate”
Traducción: s.d.
Editor: Malinca Editora (Buenos Aires)
Fecha de edición: 1964-04-20
Descripción física: 127 p.; 11,5x17,5 cm.
Serie: Colección El aventurero #7
Estructura: 10 capítulos
Información sobre
impresión:
Este libro se ha terminado de imprimir el día 20 de abril de 1964, en los talleres gráficos Macland, S.R.L., Córdoba 3965, Buenos Aires.
Información de
contracubierta:
Los ojos cerrados se volvieron a abrir y su mirada descansó sobre mi rostro.
—Gracias... ¡Belleau! —siseó.
¡Evidentemente me había reconocido!
Su pecho se agitó convulsivamente. Algunos sonidos totalmente inaudibles escaparon de su boca y luego entendí —o creí entender— nuevamente:
—Cristo... encima hueca...
Tuvo un acceso atroz y convulsivo. Su cuerpo se sacudió como tocado por descargas eléctricas. Desesperado, lo incorporé. Y ahora, como si temiera que yo lo abandonara, su mano descarnada y sudorosa se aferró a la mía. Y con voz tenue, pero nítida, el hombre dijo:
—La corona, Belleau... la corona... está aquí.
El hombre experimentó dos o tres contracciones violentas, su cuerpo se arqueó y su boca se abrió en busca de un poco de aire. Luego se relajó súbitamente y su mano abandonó la mía.
MI
COMENTARIO:
En los años ’60, la editorial francesa Fleuve Noir publicó la colección “L’Aventurier”, donde varios escritores depositaron las aventuras de los personajes de su autoría. Entre ellos estuvo el belga Stéphane Jourat, que con el seudónimo de Jérôme Belleau creó el personaje del mismo nombre que respondía al apodo de “El Diplomático”. Es un aventurero, en el molde de Simon Templar, “El Santo”, cuyo alias proviene de su antiguo trabajo en la cancillería francesa. En esta novela se ve involucrado con una siniestra secta alquimista que consiguió crear oro de forma artificial, pero cuyo prototipo, con la forma de dentadura, fue robada por uno de sus miembros. Este descubrimiento es declarado de interés nacional por el Ministerio de Defensa, que presiona a Belleau a través de la Sûreté para que entregue esa dentadura, tras haber sido convocado por su poseedor, quien murió repentinamente. Una historia extraña, casi fantástica, a la que al final se suma un mafioso norteamericano que complica las cosas. Ideal para una lectura rápida pero intensa.
Autor: Jérôme Belleau (seud. de Stéphane Jourat, 1924-1995)
Título original: Le Diplomat montre les dents (1962) \ serie “Le Diplomate”
Descripción física: 127 p.; 11,5x17,5 cm.
Serie: Colección El aventurero #7
Estructura: 10 capítulos
Este libro se ha terminado de imprimir el día 20 de abril de 1964, en los talleres gráficos Macland, S.R.L., Córdoba 3965, Buenos Aires.
Los ojos cerrados se volvieron a abrir y su mirada descansó sobre mi rostro.
—Gracias... ¡Belleau! —siseó.
¡Evidentemente me había reconocido!
Su pecho se agitó convulsivamente. Algunos sonidos totalmente inaudibles escaparon de su boca y luego entendí —o creí entender— nuevamente:
—Cristo... encima hueca...
Tuvo un acceso atroz y convulsivo. Su cuerpo se sacudió como tocado por descargas eléctricas. Desesperado, lo incorporé. Y ahora, como si temiera que yo lo abandonara, su mano descarnada y sudorosa se aferró a la mía. Y con voz tenue, pero nítida, el hombre dijo:
—La corona, Belleau... la corona... está aquí.
El hombre experimentó dos o tres contracciones violentas, su cuerpo se arqueó y su boca se abrió en busca de un poco de aire. Luego se relajó súbitamente y su mano abandonó la mía.
En los años ’60, la editorial francesa Fleuve Noir publicó la colección “L’Aventurier”, donde varios escritores depositaron las aventuras de los personajes de su autoría. Entre ellos estuvo el belga Stéphane Jourat, que con el seudónimo de Jérôme Belleau creó el personaje del mismo nombre que respondía al apodo de “El Diplomático”. Es un aventurero, en el molde de Simon Templar, “El Santo”, cuyo alias proviene de su antiguo trabajo en la cancillería francesa. En esta novela se ve involucrado con una siniestra secta alquimista que consiguió crear oro de forma artificial, pero cuyo prototipo, con la forma de dentadura, fue robada por uno de sus miembros. Este descubrimiento es declarado de interés nacional por el Ministerio de Defensa, que presiona a Belleau a través de la Sûreté para que entregue esa dentadura, tras haber sido convocado por su poseedor, quien murió repentinamente. Una historia extraña, casi fantástica, a la que al final se suma un mafioso norteamericano que complica las cosas. Ideal para una lectura rápida pero intensa.