Título: El príncipe Otón
Autor: Robert Louis Stevenson (1850-1894)
Título original: Prince Otto (1885)
Traducción: J. García Mercadal
Editor: Editorial Espasa-Calpe (Madrid)
Fecha
de edición: 1929-10-21
Descripción física: 270, 1 p.; 13x19,5 cm.
Serie: Colección Babel
Estructura: dedicatoria, 3 libros (4, 14 y 4
capítulos), post-scriptum
Información
sobre impresión:
Esta primera edición
se terminó de imprimir en el Establecimiento Tipográfico de Sáez Hermanos,
Calle del Norte, número 21, Madrid, el día 21 de octubre de 1929
MI COMENTARIO:
Un apretado
resumen: Otón es el gobernante del ficticio principado germánico de Grunewald;
es considerado por su pueblo como un tonto incompetente, incapaz de gobernar el
reino. Una noche, Otón oculta su verdadera identidad y se queda con el granjero
Killian y su familia. Sin saber que Otón es el príncipe, la familia discute
cuánto lo desprecian. Al enterarse de que corren el riesgo de ser desalojados, Otón
promete comprar la granja y cederle el contrato de arrendamiento a Killian. Otón
escucha rumores de que su esposa, la princesa Amelia Serafina, está teniendo
una aventura con el barón Gondremark, quien efectivamente gobierna el país.
Consulta al Dr. Gotthold, su primo y amigo, y le pregunta si debería
involucrarse más en los asuntos de Estado. Gotthold sostiene que Otón sería incapaz
de ser un gobernante eficaz. El Canciller Greisengesang trae ahora la noticia
de que Sir John Crabtree, un viajero inglés e invitado en Grunewald, está
detenido contra su voluntad y sus documentos confiscados. Cuando Otón exige ver
los periódicos, descubre que Crabtree ha estado escribiendo un relato
condenatorio sobre Grunewald. Los periódicos insultan a Otón y mencionan el
romance entre Serafina y Gondremark. También sugieren que Gondremark tiene una
amante, la baronesa Von Rosen. Enojado, pero queriendo hacer lo correcto, Otón
libera a Crabtree. Crabtree ahora siente que ha juzgado mal a Otón y avisa que
destruirá los papeles. Luego, el Príncipe le confiesa su amor a Serafina y
trata de persuadirla de que vea menos a Gondremark para evitar el escándalo.
Mortificada porque lo que ella considera una alianza política se ha
interpretado como una aventura, inicia una discusión. Mientras tanto, Gotthold
le ha enviado a Otón un mensaje para informarle que el Consejo ha sido
convocado en secreto. El Príncipe decide asistir. Descubre que Gondremark y la
princesa han estado intentando que se apruebe una orden para declarar la guerra
a un reino vecino, el pequeño ducado de Gerolstein. Otón lo desaprueba y
disuelve el Consejo, pero primero pide dinero para comprar la granja de
Killian. El Consejo lo niega, diciendo que los fondos no están disponibles. Luego,
Otón conspira con la baronesa Von Rosen para robar el dinero del tesoro. Sin
embargo, ella le trae su propio dinero y le revela que la princesa nunca fue la
amante de Gondremark. Mientras tanto, la princesa recibe una nota que la
despoja del derecho de firma (por orden de Otón). Furiosa y alentada por
Gondremark, firma una orden para encerrar al Príncipe y al Dr. Gotthold en el
Castillo de Felsenburg. Von Rosen ahora se entera del complot para arrestar a Otón
y se lo cuenta a su regreso de la compra de la granja de Killian. Como Otón ama
a la princesa, se somete al arresto. También le pide a Von Rosen que le
entregue una carta declarando su amor a la princesa. Von Rosen le entrega la
carta a la Princesa y un mensaje que recibió de Gondremark, diciendo que la
princesa ahora está completamente en su poder. Al darse cuenta de que ama a Otón,
Serafina le entrega a Von Rosen una carta para su liberación. También queda
horrorizada por el comportamiento de Gondremark. Cuando él la visita e intenta
seducirla creyendo erróneamente que ese es su deseo, ella lo apuñala. Entonces
el pueblo inicia una revolución. La Princesa huye al bosque y decide hacer las
paces con Otón. Von Rosen también ha huido, sin darse cuenta de la revuelta ni
de que Gondremark esté herido. Ella va a Felsenberg y le entrega a Otón la
carta de liberación. En el camino, se encuentra con Crabtree, quien le dice que
Serafina está delante de él y que el reino está en rebelión. Cuando Von Rosen
se entera de que Gondremark está herido, galopa para estar a su lado y le
revela que siempre lo ha amado. Se declara la república en Grunewald. El
Príncipe y la Princesa se reencuentran y prometen comenzar de nuevo su
relación.
¿Por qué
incluyo esta novela de Stevenson en mi compendio de espionaje? No suele
identificarse como integrante del género. Sí es proclamada como precursora del
subgénero llamado “romance ruritano”, ficción ambientada en países imaginarios
de Europa central y oriental y publicada a fines del siglo XIX y principios del
siglo XX. La novela fundadora fue El
prisionero de Zenda de Anthony Hope. Sin embargo, El príncipe Otón se anticipó y planteó los elementos más
distinguidos de las historias ruritanas: acciones en los círculos
aristocráticos de esos países, intrigas políticas y pasiones románticas. Para
el alcance de este blog, tiene varios elementos de interés “espionístico”:
• Otón,
asumiendo la identidad de un visitante extranjero, recorre el campo de su país
para recabar información sobre... ¡sí mismo! Puede decirse que trabaja como su
propio jefe de espionaje.
• Gondremark,
“aventurero prusiano” según lo semblantea el interlocutor de Otón, prepara la
invasión de Gerolstein para legitimar su toma del poder. Un tema muy tratado en
el género.
• El golpe
de Gondremark no busca simplemente el cambio del ocupante del trono. Pretende
la abolición del principado y la instauración de una república, un cambio total
de régimen, una verdadera revolución política. Además, como le dicen a Otón, lo
hace con un pie puesto “en las logias masónicas”, lo que implica una
intervención externa.
• El inglés
Crabtree se comporta como un verdadero espía de Londres en los países de Europa
central, con las anotaciones y análisis que recaba en sus recorridas. Aparece
el viaje como herramienta del espionaje.
Todavía no
puede hablarse de una novela de espías, pero aparecen estos y otros componentes
de la materia que sustenta a este tipo de ficción. El príncipe Otón es la novela menos famosa y conocida de Stevenson:
por lo que pude averiguar, no tuvo adaptaciones al cine o la televisión, frente
a la gran cantidad de versiones que existen de las otras obras de este autor.
Sin embargo, vale la pena leerla, tiene una densidad que anticipa a la de las mejores
novelas de intriga política del siglo XX. La huida de Serafina, luego de
acuchillar a Gondremark, es un verdadero viaje iniciático. O quizás debería
decirse abandónico, pues deja los ropajes de las oxidadas aristocracias
europeas para acceder a una modernidad desconocida para ella. Una modernidad
que Stevenson quería para él y para sus lectores.
NOTA:
En mi
investigación sobre esta novela, descubrí que las cubiertas de sus ediciones
por lo general no fueron llamativas, lo que seguramente colaboró para
mantenerla en la penumbra. En cambio, encontré varias ilustraciones interiores
de distintos artistas que reproducen mejor el contenido de la obra. Aquí les
dejo tres de ellas:
|
Collins, sin año, il.: Nick |
|
Macmillan, 1928, il.: Edmund J. Sullivan |
|
Bigelow, Smith & Co., 1906, il.: Reuben Bacon |