Autor: Juan Salinas (1953-)
Cubierta: GdC
Colaboradores: Claudio Mardones (edición); Nicolás Fagioli (diseño de interior)
Editor: Editorial Punto de Encuentro (Buenos Aires)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 2005-10
Editor: Editorial Punto de Encuentro (Buenos Aires)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 2005-10
Descripción física: 253, 3 p.; 12,5x20 cm.: solapas
ISBN: 978-987-22428-0-0 (987-22428-0-1)
Estructura: ver contenido
Información sobre impresión:
Esta edición se terminó de imprimir en los talleres gráficos CARYBE, Udaondo 2646, Lanús Oeste, Provincia de Buenos Aires durante el mes de octubre de 2005
Información de contracubierta:
El Irangate o escándalo Irán-Contras inauguró un modo de actuar caracterizado por la supervisión activa del tráfico de drogas, armas —y del lavado del dinero producido— por parte de los servicios de inteligencia. Modo de actuar que continúa hasta hoy.
En Medio Oriente, las operaciones fueron iniciadas por Israel, interesado en recuperar influencia en Teherán, colocar parte excedentes de su enorme producción de armamentos, y en que Irak e Irán se desangraran mutuamente.
En Centroamérica, el puntapié inicial lo dio la dictadura argentina, que en 1980 impulsó un golpe de Estado en Bolivia para establecer la mayor fábrica de cocaína del mundo, y seguidamente, sustituyó a la CIA en la organización de los “Contras”.
Israel, la CIA y varios centenares de “asesores” argentinos diplomados en “la guerra sucia” confluyeron en el acoso al gobierno sandinista de Nicaragua y en proveer a las dictaduras de Guatemala, El Salvador y Honduras, del know how para aniquilar a la insurgencia opositora.
Desde el Irangate, el tráfico de armas y drogas (que la CIA derivó parcialmente hacia su propio mercado doméstico) se volvió tan rutinario como el lavado de dinero, operaciones en que son socios servicios de inteligencia, banqueros inescrupulosos y un club multinacional de “hombres de negocios” con patente de corso para actuar al margen de las leyes.
Los acuerdos sin contratos protocolizados ni seguros por parte de semejante elenco derivan frecuentemente en conflictos que, al no poder ser resueltos en los tribunales, suelen manifestarse como “inexplicables” actos de terrorismo.
El lavado de dinero a gran escala involucró desde el estigmatizado BCCI de Gaith Pharaon hasta el mayor banco del mundo, el Citibank, que en importante medida continuó sus operaciones, y asistió a la increíble apropiación de la reserva monetaria internacional de Ecuador por un banco privado.
Tras investigar durante una década el atentado de la sede de la Amia, Juan Salinas recorre de ida y vuelta, con electrizante estilo de thriller, la telaraña surgida del Irangate.
Información de solapas:
Juan Salinas trabajó para revistas y diarios de Argentina, Uruguay y España: Tele/eXprés, El Viejo Topo, Diario de Barcelona, Humor, Caras & Caretas, Mate Amargo, Brecha, Humor y la revista cooperativa El Porteño, quizá su mayor amor, de la que fue editor político entre 1988 y 1993, lapso dentro del cual se desempeñó también como redactor especial y jefe de noticias policiales del diario Nuevo Sur. Fue luego durante años redactor de la sección Economía en la agencia estatal Télam, y corresponsal del diario La Capital, de Rosario, el más antiguo de Argentina.
Paralelo a su trabajo en medios, Salinas desarrolló investigaciones periodísticas de largo aliento para la industria editorial y documentales cinematográficos. Dentro de aquellas y tras cuatro años de investigaciones, publicó Gorriarán, La Tablada y las guerras de inteligencia en América Latina, en coautoría con Julio Villalonga (Mangin, Buenos Aires, 1993, 500 pgs.), y al año siguiente el libro Mi Mensaje. El testamento silenciado de Evita (Editorial Futuro), sobre un texto póstumo de Eva Perón, desaparecido durante 32 años.
A partir de la publicación de AMIA, El Atentado, Quienes son los autores y por qué no están presos (Planeta, Buenos Aires, 1997, 460 páginas), producto de una investigación sobre la voladura de la mutual judía de Buenos Aires que contó con el auspicio de la propia entidad agredida, denunció profusamente en Washington, Nueva York, Madrid (en este caso, ante el juez Baltasar Garzón) y Barcelona, la relación directa de este ataque (y del precedente, contra la embajada de Israel en 1992) con el tráfico de armas y de drogas, así como el protagonismo en ambos de una banda de policías conformada por antiguos miembros de los “grupos de tareas” de la dictadura.
En 2000 fue nombrado director del diario El Ciudadano, de Rosario y comenzó a escribir en coautoría con Carlos De Nápoli, Ultramar Sur, la última operación secreta del Tercer Reich (Norma, Buenos Aires, 2002, 450 páginas) sobre la fuga en submarinos a la Argentina de jerarcas nazis, libro que lleva vendidas siete ediciones y que también ha sido publicado en Colombia. Un documental de 90 minutos basado en esta obra y realizado con su colaboración por la productora argentina Cuatro cabezas está pendiente de estreno.
jjsalinas@ciudad.com.ar
Contenido:
Introducción
El Contragate
Mediaciones
El Irangate (propiamente dicho)
Príncipes de Arabia
El otro Fidel
Triangulaciones tripartitas
Oro y derribos
ISBN: 978-987-22428-0-0 (987-22428-0-1)
Estructura: ver contenido
Información sobre impresión:
Esta edición se terminó de imprimir en los talleres gráficos CARYBE, Udaondo 2646, Lanús Oeste, Provincia de Buenos Aires durante el mes de octubre de 2005
Información de contracubierta:
El Irangate o escándalo Irán-Contras inauguró un modo de actuar caracterizado por la supervisión activa del tráfico de drogas, armas —y del lavado del dinero producido— por parte de los servicios de inteligencia. Modo de actuar que continúa hasta hoy.
En Medio Oriente, las operaciones fueron iniciadas por Israel, interesado en recuperar influencia en Teherán, colocar parte excedentes de su enorme producción de armamentos, y en que Irak e Irán se desangraran mutuamente.
En Centroamérica, el puntapié inicial lo dio la dictadura argentina, que en 1980 impulsó un golpe de Estado en Bolivia para establecer la mayor fábrica de cocaína del mundo, y seguidamente, sustituyó a la CIA en la organización de los “Contras”.
Israel, la CIA y varios centenares de “asesores” argentinos diplomados en “la guerra sucia” confluyeron en el acoso al gobierno sandinista de Nicaragua y en proveer a las dictaduras de Guatemala, El Salvador y Honduras, del know how para aniquilar a la insurgencia opositora.
Desde el Irangate, el tráfico de armas y drogas (que la CIA derivó parcialmente hacia su propio mercado doméstico) se volvió tan rutinario como el lavado de dinero, operaciones en que son socios servicios de inteligencia, banqueros inescrupulosos y un club multinacional de “hombres de negocios” con patente de corso para actuar al margen de las leyes.
Los acuerdos sin contratos protocolizados ni seguros por parte de semejante elenco derivan frecuentemente en conflictos que, al no poder ser resueltos en los tribunales, suelen manifestarse como “inexplicables” actos de terrorismo.
El lavado de dinero a gran escala involucró desde el estigmatizado BCCI de Gaith Pharaon hasta el mayor banco del mundo, el Citibank, que en importante medida continuó sus operaciones, y asistió a la increíble apropiación de la reserva monetaria internacional de Ecuador por un banco privado.
Tras investigar durante una década el atentado de la sede de la Amia, Juan Salinas recorre de ida y vuelta, con electrizante estilo de thriller, la telaraña surgida del Irangate.
Información de solapas:
Juan Salinas trabajó para revistas y diarios de Argentina, Uruguay y España: Tele/eXprés, El Viejo Topo, Diario de Barcelona, Humor, Caras & Caretas, Mate Amargo, Brecha, Humor y la revista cooperativa El Porteño, quizá su mayor amor, de la que fue editor político entre 1988 y 1993, lapso dentro del cual se desempeñó también como redactor especial y jefe de noticias policiales del diario Nuevo Sur. Fue luego durante años redactor de la sección Economía en la agencia estatal Télam, y corresponsal del diario La Capital, de Rosario, el más antiguo de Argentina.
Paralelo a su trabajo en medios, Salinas desarrolló investigaciones periodísticas de largo aliento para la industria editorial y documentales cinematográficos. Dentro de aquellas y tras cuatro años de investigaciones, publicó Gorriarán, La Tablada y las guerras de inteligencia en América Latina, en coautoría con Julio Villalonga (Mangin, Buenos Aires, 1993, 500 pgs.), y al año siguiente el libro Mi Mensaje. El testamento silenciado de Evita (Editorial Futuro), sobre un texto póstumo de Eva Perón, desaparecido durante 32 años.
A partir de la publicación de AMIA, El Atentado, Quienes son los autores y por qué no están presos (Planeta, Buenos Aires, 1997, 460 páginas), producto de una investigación sobre la voladura de la mutual judía de Buenos Aires que contó con el auspicio de la propia entidad agredida, denunció profusamente en Washington, Nueva York, Madrid (en este caso, ante el juez Baltasar Garzón) y Barcelona, la relación directa de este ataque (y del precedente, contra la embajada de Israel en 1992) con el tráfico de armas y de drogas, así como el protagonismo en ambos de una banda de policías conformada por antiguos miembros de los “grupos de tareas” de la dictadura.
En 2000 fue nombrado director del diario El Ciudadano, de Rosario y comenzó a escribir en coautoría con Carlos De Nápoli, Ultramar Sur, la última operación secreta del Tercer Reich (Norma, Buenos Aires, 2002, 450 páginas) sobre la fuga en submarinos a la Argentina de jerarcas nazis, libro que lleva vendidas siete ediciones y que también ha sido publicado en Colombia. Un documental de 90 minutos basado en esta obra y realizado con su colaboración por la productora argentina Cuatro cabezas está pendiente de estreno.
jjsalinas@ciudad.com.ar
Contenido:
Introducción
El Contragate
Mediaciones
El Irangate (propiamente dicho)
Príncipes de Arabia
El otro Fidel
Triangulaciones tripartitas
Oro y derribos
Índice
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