Título: Pigmeo
Autor: Chuck
Palahniuk (1964-)
Título original: Pygmy (2009)
Traducción: Javier Calvo Perales
Cubierta: Rodrigo Corral
Design (diseño); Ben Wiseman (il.); Random House Mondadori (adap.)
Editor: Random House (Barcelona)
Fecha
de edición: 2012-04
Descripción digital: 1 ePub (272 p.)
Serie: Literatura Random
House
ISBN: 978-84-397-2623-4
Estructura: dedicatoria, cita,
36 “comunicados”, créditos
Información
de venta:
Conversión a formato
digital: Newcomlab, S.L.
Fragmento en Penguin Libros
Información
en línea:
Un grupo de
adolescentes prepara el atentado más grande cometido contra los Estados
Unidos...
Pigmeo forma parte de
un grupo de terroristas adolescentes enviados a Estados Unidos para cometer un
atentado masivo. Camuflado como estudiante de intercambio, el agente 67 deberá
convivir con la típica familia americana mientras planifica el ataque. Para
conseguir su objetivo cuenta con unos conocimientos avanzados de química y el
dominio de las artes marciales. Está entrenado para detonar un artefacto
mortífero en el momento preciso, si consigue, eso sí, controlar sus inoportunas
erecciones...
En esta sátira de
doble filo sobre la xenofobia, Chuck Palahniuk retrata el estilo de vida del
medio oeste americano y nos cuenta una historia de amor y redención.
«La imaginación
retorcida de Palahniuk, en plena ebullición.»
The Seattle Times
«Palahniuk es
brillante.»
The Washington Post Book World
Chuck Palahniuk nació
en el estado de Washington en 1962. Es licenciado en periodismo y ha trabajado
en una empresa de fabricación de contenedores, en una cadena de montaje y como
mecánico. Escribió su primera novela, El club de la lucha, en tres meses; casi
tan rápida fue también su conversión en un bestseller que, además, terminó
siendo adaptada al cine. Actualmente es un autor de gran éxito cuyo nombre
aparece muy a menudo en la lista de los más vendidos en Estados Unidos. Otros
títulos del autor son Monstruos invisibles, Asfixia, Nana, Diario. Una novela, Error humano, Fantasmas, Rant. La vida de un asesino, Snuff, Pigmeo, Al desnudo, Condenada y su continuación, Maldita.
Todas ellas están publicadas por Literatura Random House y Debolsillo.
Vive en la Costa
Noroeste de Estados Unidos.
Fuente web: Página de Penguin Libros
MI COMENTARIO:
Un grupo de adolescentes de un país
totalitario innombrado llega a una ciudad de Kansas para hacer un intercambio
de estudiantes. Uno de ellos, con el apodo de “Pigmeo” (su nombre verdadero no
se menciona) protagoniza la novela con su voz en primera persona. En forma de
partes destinados a sus superiores, va relatando su inserción en una
disfuncional familia de clase media, que sirve de plataforma para ingresar a
una base militar secreta y obtener los componentes para la elaboración de una
sustancia química de destrucción masiva, capaz de provocar una matanza de
proporciones en Washington, todo según las directivas recibidas en su patria.
Pigmeo va introduciéndose en el
estilo de vida norteamericano, siempre bajo su particular óptica ideológica, inculcada
por el régimen de su país. Así conoce lo que es un supermercado, una iglesia,
un colegio secundario, los ritos de cortejo entre estudiantes, etc. También va
adquiriendo una extraña (para él) atracción por la hija del matrimonio
anfitrión, que en un momento dado puede volverse su hermana...
La novela tiene un fuerte tono
artificioso, muy marcado por la repetición de ciertos elementos narrativos,
como las citas de frases de una curiosa mezcla de personajes históricos, que
van de Hitler a Stalin, de Mussolini a Trotsky, y que incluye a Juan Perón y su
esposa Evita:
Para que
conste en acta, este agente recuerda las palabras de la sofisticada heroína
nacional y belleza santificada Evita Perón: “Mi peor miedo en la vida es caer
en el olvido”.
Otra constante de los comunicados
de Pigmeo —que se hace llamar “agente-yo”— son sus opiniones sobre la
Norteamérica decadente:
Los
medios de comunicación corruptos y degenerados de América procesan la imagen
del agente-yo y los sonidos verbales de este agente para preservarlos en forma
de producto que puedan reproducir indefinidamente y utilizar para emitir
insidiosos memes mercadotécnicos que impulsen a las personas a adquirir
automóviles y a consumir refrescos. A no dejar nunca de adquirir y consumir.
También la mención de las técnicas
de combate en las cuales fue entrenado y que tienen nombres rimbombantes:
Sería
posible que el agente-yo flexionara los músculos de las piernas, saltara por
encima de la tumba sentada y repitiera el Salto del Lince de las Naciones
Unidas en Miniatura, catapumba, a fin de decapitar a la población entera de
esta comunidad religiosa. Podría hacer el León Lacerante, rip-grrrr, y los
dientes de este agente destriparían a la manada de carroñeros de los medios de
comunicación.
Sin embargo, el gran acierto de la
novela es que no se limita a presentar las vicisitudes de un personaje patético
proveniente de una potencia atrasada. Hay un juego de espejos donde aflora la
crítica a unos norteamericanos enviciados con el consumo de productos lícitos e
ilegales y que, de buena gana, asumirían como propios muchos de los postulados
que enuncian Pigmeo y sus camaradas. Hay una parte muy ilustrativa: en cierto
momento, un estudiante comienza a disparar y matar en una reunión escolar;
Pigmeo reacciona y termina por atacarlo y matarlo: a partir de allí es
idolatrado tanto por sus compañeros como por la gente que lo reconoce después
de verlo en las noticias. Se le reconocen sus habilidades en el despliegue
físico y las artes marciales, algo que los ciudadanos de un país obsesionado
con la seguridad saben apreciar.
De destacar es el tema de la
pedofilia, que sobrevuela la novela, a partir del convencimiento adquirido por
los pequeños terroristas de que en América la mayoría de los adultos tiene esa
tendencia. Incluso son entrenados en cómo reaccionar frente a un pedófilo, en
una escena muy inquietante. También aparece un religioso que embaraza a Magda,
una de las camaradas de Pigmeo... Palahniuk presta constancia del estado de
paranoia con los pedófilos que hay en EEUU y todo Occidente, dejando al lector
la estimación de cuán exagerado es.
La novela se va fortaleciendo con
sus situaciones satíricas, con la posibilidad de nuevas sorpresas y con el
redescubrimiento de que los beneficiarios de la libertad no están lejos de
destruirla. Sin embargo, en los últimos tres o cuatro capítulos el relato se
derrumba. Palahniuk no puede o no quiere mantener el gran nivel de ironía y
perturbación que había conseguido, y prácticamente abandona su obra, dando paso
a un desenlace más que convencional. Lo que pudo haber sido la gran distopía de
inicios de siglo abruptamente se cae a metros de la línea de llegada.