miércoles, 6 de agosto de 2025

PIGMEO, de Chuck Palahniuk (Random House, ebook)

Título:
Pigmeo
Autor: Chuck Palahniuk (1964-)
Título original: Pygmy (2009)
Traducción: Javier Calvo Perales
Cubierta: Rodrigo Corral Design (diseño); Ben Wiseman (il.); Random House Mondadori (adap.)
Editor: Random House (Barcelona)
Fecha de edición: 2012-04
Descripción digital: 1 ePub (272 p.)
Serie: Literatura Random House
ISBN: 978-84-397-2623-4
Estructura: dedicatoria, cita, 36 “comunicados”, créditos
Información de venta:
Conversión a formato digital: Newcomlab, S.L.
Fragmento en Penguin Libros
 
Información en línea:
Un grupo de adolescentes prepara el atentado más grande cometido contra los Estados Unidos...
Pigmeo forma parte de un grupo de terroristas adolescentes enviados a Estados Unidos para cometer un atentado masivo. Camuflado como estudiante de intercambio, el agente 67 deberá convivir con la típica familia americana mientras planifica el ataque. Para conseguir su objetivo cuenta con unos conocimientos avanzados de química y el dominio de las artes marciales. Está entrenado para detonar un artefacto mortífero en el momento preciso, si consigue, eso sí, controlar sus inoportunas erecciones...
En esta sátira de doble filo sobre la xenofobia, Chuck Palahniuk retrata el estilo de vida del medio oeste americano y nos cuenta una historia de amor y redención.

«La imaginación retorcida de Palahniuk, en plena ebullición.»
The Seattle Times

«Palahniuk es brillante.»
The Washington Post Book World
 
Chuck Palahniuk nació en el estado de Washington en 1962. Es licenciado en periodismo y ha trabajado en una empresa de fabricación de contenedores, en una cadena de montaje y como mecánico. Escribió su primera novela, El club de la lucha, en tres meses; casi tan rápida fue también su conversión en un bestseller que, además, terminó siendo adaptada al cine. Actualmente es un autor de gran éxito cuyo nombre aparece muy a menudo en la lista de los más vendidos en Estados Unidos. Otros títulos del autor son Monstruos invisibles, Asfixia, Nana, Diario. Una novela, Error humano, Fantasmas, Rant. La vida de un asesino, Snuff, Pigmeo, Al desnudo, Condenada y su continuación, Maldita. Todas ellas están publicadas por Literatura Random House y Debolsillo.
Vive en la Costa Noroeste de Estados Unidos.
Fuente web: Página de Penguin Libros
 
MI COMENTARIO:
Un grupo de adolescentes de un país totalitario innombrado llega a una ciudad de Kansas para hacer un intercambio de estudiantes. Uno de ellos, con el apodo de “Pigmeo” (su nombre verdadero no se menciona) protagoniza la novela con su voz en primera persona. En forma de partes destinados a sus superiores, va relatando su inserción en una disfuncional familia de clase media, que sirve de plataforma para ingresar a una base militar secreta y obtener los componentes para la elaboración de una sustancia química de destrucción masiva, capaz de provocar una matanza de proporciones en Washington, todo según las directivas recibidas en su patria.
Pigmeo va introduciéndose en el estilo de vida norteamericano, siempre bajo su particular óptica ideológica, inculcada por el régimen de su país. Así conoce lo que es un supermercado, una iglesia, un colegio secundario, los ritos de cortejo entre estudiantes, etc. También va adquiriendo una extraña (para él) atracción por la hija del matrimonio anfitrión, que en un momento dado puede volverse su hermana...
La novela tiene un fuerte tono artificioso, muy marcado por la repetición de ciertos elementos narrativos, como las citas de frases de una curiosa mezcla de personajes históricos, que van de Hitler a Stalin, de Mussolini a Trotsky, y que incluye a Juan Perón y su esposa Evita:

Para que conste en acta, este agente recuerda las palabras de la sofisticada heroína nacional y belleza santificada Evita Perón: “Mi peor miedo en la vida es caer en el olvido”.

Otra constante de los comunicados de Pigmeo —que se hace llamar “agente-yo”— son sus opiniones sobre la Norteamérica decadente:

Los medios de comunicación corruptos y degenerados de América procesan la imagen del agente-yo y los sonidos verbales de este agente para preservarlos en forma de producto que puedan reproducir indefinidamente y utilizar para emitir insidiosos memes mercadotécnicos que impulsen a las personas a adquirir automóviles y a consumir refrescos. A no dejar nunca de adquirir y consumir.

También la mención de las técnicas de combate en las cuales fue entrenado y que tienen nombres rimbombantes:

Sería posible que el agente-yo flexionara los músculos de las piernas, saltara por encima de la tumba sentada y repitiera el Salto del Lince de las Naciones Unidas en Miniatura, catapumba, a fin de decapitar a la población entera de esta comunidad religiosa. Podría hacer el León Lacerante, rip-grrrr, y los dientes de este agente destriparían a la manada de carroñeros de los medios de comunicación.

Sin embargo, el gran acierto de la novela es que no se limita a presentar las vicisitudes de un personaje patético proveniente de una potencia atrasada. Hay un juego de espejos donde aflora la crítica a unos norteamericanos enviciados con el consumo de productos lícitos e ilegales y que, de buena gana, asumirían como propios muchos de los postulados que enuncian Pigmeo y sus camaradas. Hay una parte muy ilustrativa: en cierto momento, un estudiante comienza a disparar y matar en una reunión escolar; Pigmeo reacciona y termina por atacarlo y matarlo: a partir de allí es idolatrado tanto por sus compañeros como por la gente que lo reconoce después de verlo en las noticias. Se le reconocen sus habilidades en el despliegue físico y las artes marciales, algo que los ciudadanos de un país obsesionado con la seguridad saben apreciar.
De destacar es el tema de la pedofilia, que sobrevuela la novela, a partir del convencimiento adquirido por los pequeños terroristas de que en América la mayoría de los adultos tiene esa tendencia. Incluso son entrenados en cómo reaccionar frente a un pedófilo, en una escena muy inquietante. También aparece un religioso que embaraza a Magda, una de las camaradas de Pigmeo... Palahniuk presta constancia del estado de paranoia con los pedófilos que hay en EEUU y todo Occidente, dejando al lector la estimación de cuán exagerado es.
La novela se va fortaleciendo con sus situaciones satíricas, con la posibilidad de nuevas sorpresas y con el redescubrimiento de que los beneficiarios de la libertad no están lejos de destruirla. Sin embargo, en los últimos tres o cuatro capítulos el relato se derrumba. Palahniuk no puede o no quiere mantener el gran nivel de ironía y perturbación que había conseguido, y prácticamente abandona su obra, dando paso a un desenlace más que convencional. Lo que pudo haber sido la gran distopía de inicios de siglo abruptamente se cae a metros de la línea de llegada.