sábado, 16 de octubre de 2021

LA LINEA HAMLET, de Jorge Asís (Javier Vergara)

Título:
La línea Hamlet, o la ética de la traición
Autor: Jorge Asís (1946-)
Cubierta: Verónica López (diseño); Greg Spalenka (il.)
Editor: Javier Vergara Editor (Buenos Aires)
Fecha de edición: 1995-04
Descripción física: 291 p.; 15,5x23 cm.: solapas
ISBN: 978-950-15-1485-8 (950-15-1485-4)
Estructura: índice, 2 partes, capítulos sin numeración, epílogo
Información sobre impresión:
Esta edición terminó de imprimirse en VERLAP S.A. Producciones Gráficas
Comandante Spurr 653 - Buenos Aires - Argentina en el mes de abril de 1995
 
Información de contracubierta:
A 25 años de la publicación de su primera novela, con La línea Hamlet o la ética de la traición, el polémico Jorge Asís vuelve a ejercer su condición de escritor. Asís afirma que inaugura un ciclo novedoso en él, sin continuidad con su obra anterior. El lector, sin embargo, descubrirá que el autor no ha dejado de recorrer las mismas galerías secretas de la Argentina.
Ha caído el Muro de Berlín y en Europa han quedado diseminados los espías norteamericanos que han perdido a su enemigo. También han quedado “sin trabajo” los topos del Este, que ahora pretenden ser funcionarios de sus países. El único juego posible es entonces el de la traición, la traición por necesidad. El protagonista, Doug Evans, de la Estación París, se verá envuelto en una trama de amor y muerte que se va acelerando con el correr de las páginas y mantiene al lector con el alma en un hilo, hasta desembocar en un final tan inesperado como necesario.
Asís describe un mundo que conoce bien; lo hace con su habitual ironía y perspicacia, mientras pinta personajes que van de lo grotesco a lo sublime y que provocarán en el lector más de una asociación con la realidad.
 
Información de solapas:
Jorge Asís pertenece a la segunda generación argentina de una familia siria y en muchos aspectos de su vida ha repetido la biografía literaria de ese otro famoso hijo de inmigrantes, Roberto Arlt. Los dos llegaron al gran público a través del periodismo. Ambos aguafuertistas conquistaron a un lector que en sus crónicas se vio reflejado con humor y con verdad, como si esa condición de cercana extranjería les hubiese otorgado una especial sensibilidad para captar la ciudad de Buenos Aires y los personajes que la singularizan.
A Asís le tocó desarrollarse intelectualmente en la década del sesenta con su antibelicismo, sus hippies, la lucha contra el consumo y una carga de sueños casi imposible. Empezó a publicar en los setenta y se convirtió en el bocetista de su generación, el narrador testigo de los años más crueles de la Argentina.
Su experiencia personal como vendedor ambulante en los barrios obreros del sur —frecuentando al mismo tiempo tertulias literarias y los cafés donde se reunían artistas, periodistas, soñadores de la revolución, fracasados y oportunistas, en fin, la fauna urbana que sabría luego retratar con precisión— le dio una suculenta experiencia vital.
Describiendo la voluntad de supervivencia de seres inteligentes pero marginados, los siguió en su deambular urbano, en el feroz sexo episódico que posibilitan las grandes ciudades, en el entusiasmo de sus proyectos y en el quebranto de los fracasos, todo ello en el clima opresivo de una de las dictaduras más sanguinarias del continente. Asís se convirtió en el cronista de aquí desde aquí frente a los escritores del exilio, y atrajo para la literatura un público infrecuente que consumió “el fenómeno Asís” (como se lo bautizó entonces) con avidez increíble.
Cuando terminó “el Proceso” y advino la democracia, la sociedad despertó quebrantada, y esa sociedad, en su encono por tantos muertos y desaparecidos en su seno, castigó también a los sobrevivientes, más aún si —como Asís— habían tenido éxito en los años crueles. La crónica de esa marginación la narró en Cuaderno del acostado. Con otra novela más cerró el ciclo y retiró sus libros de circulación. Hoy, después de una brillante etapa como embajador ante la Unesco en París y otra muy breve como controvertido secretario de Cultura, vuelve a sus lectores.

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