sábado, 16 de octubre de 2021

CONSPIRACION Y MUERTE DE LIN PIAO, de Yao Ming-Le (Argos Vergara)

Título:
Conspiración y muerte de Lin Piao
Autor: Yao Ming-Le
Título original: The conspiracy and death of Lin Biao (1983)
Traducción: Roser Berdagué
Cubierta: Mao Tse-Tung y Lin Piao en la tribuna de la plaza Tiananmen, de Pekín, al principio de la Revolución Cultural, en 1966, UPI Photo (foto)
Editor: Editorial Argos Vergara (Barcelona)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 1984-09
Descripción física: 224 p.; 14x21 cm.: solapas
Serie: Primera plana #59
ISBN: 978-84-7178-875-7 (84-7178-875-6)
Depósito legal: B. 26.265-1984
Estructura: prólogo, mapa, 19 capítulos, epílogo, bibliografía, notas, glosario de nombres
Información sobre impresión:
Impreso por Talleres Gráficos DUPLEX, S.A.
Ciudad de la Asunción, 26-D - Barcelona-30
 
Información de cubierta:
Cómo fracasó el complot del hombre que Mao había elegido como sucesor. Penetrante descripción del hecho más inexplicable y misterioso de la historia de la China moderna.
 
Información de contracubierta:
«Los líderes chinos que siguen hoy en el poder continúan manteniendo sellados los labios sobre el caso Lin Piao. Acaso no haya que echárselo en cara... Mao dio forma a la nueva China, le dio un partido, un sistema y un estado, y dotó de mente y espíritu a su pueblo. Los líderes actuales han heredado todo esto de un solo hombre y éste es el motivo de que se aferren desesperadamente a él como fuerza integradora y legitimizadora, sin la cual sus identidades se verían peligrosamente diluidas.
Con todo, ha llegado la hora de decir la verdad en relación con este episodio».
Yao Ming-Le
 
Yao Ming-Le (nombre adoptado como seudónimo) alega haber bebido en múltiples documentos secretos, todavía custodiados bajo estrictas medidas de seguridad en los archivos del gobierno chino: transcripciones de interrogatorios, confesiones, testimonios y otros materiales. En su exposición pone al desnudo las actividades de los conspiradores y sus desavenencias, da cuenta de los abortados intentos de asesinar a Mao (hubo dos y cualquiera de ellos pudo verse coronado por el éxito) y nos conduce por los áridos vericuetos de la muerte de Lin Piao. Este acontecimiento, que recabó la intervención personal de Mao, constituye una sorpresa muy especial y explica las razones que hicieron que el hecho permaneciera secreto durante tanto tiempo.
Ahí tenemos a Lin Liguo, hijo mimado de Lin Piao, con sus debilidades por el otro sexo y sus peligrosos juegos con su ejército particular; a Ye Qun, esposa de Lin Piao, resuelta a colaborar con su marido en la fundación de una nueva dinastía; y ahí tenemos al propio Lin Piao, un hombre mordido por la enfermedad, pero no por ello menos vulnerable a sus ambiciones megalómanas. Tenemos también atisbos de Mao y de Chu En-Lai, de altos mandos militares —como el Jefe de las Fuerzas Aéreas, Wu Faxian y el Jefe de personal del Ejército Popular de Liberación Huang Yongsheng (uno y otro atormentados por el problema de la lealtad y por el de salvar el pellejo)—, así como de espías y funcionarios. En resumen, el libro ofrece una visión electrizante de la vida en las altas esferas de la China comunista, de sus intrigas, envidias y luchas por el poder.
 
Información de solapas:
Cuando, en agosto de 1970, concluyó en Lushan el Noveno Congreso del Partido Comunista de la República Popular China, las profundas diferencias entre Mao Tse-Tung y Lin Piao quedaron completamente al descubierto. Un año atrás el propio Mao había nombrado a Lin Piao su «heredero» o sucesor: ahora la tenaz resistencia de éste ante el nuevo rumbo —acercamiento a los Estados Unidos— ideado por Mao y su fidelísimo Chu En-Lai, abría un abismo incolmable en la cumbre del liderato. El colosal pulso duró un año: en junio de 1972 la agencia Nueva China informó al mundo que en septiembre de 1971 había muerto Lin Piao, mariscal de la República y traidor, perecido junto con varios cómplices mientras huía hacia la URSS tras un frustrado intento de hacerse con el poder. Se barajaron conjeturas, se especuló hasta el hartazgo sobre el episodio. Pero hasta nuestros días la versión oficial no ha variado un ápice.
Yao Ming-Le es un seudónimo. ¿Quién se esconde tras este nombre? ¿Acaso un alto funcionario actual de la República? ¿Un exiliado que sabe demasiado y no quiere correr riesgos? Sea quien fuere, la documentación que exhibe, el conocimiento profundo de los mecanismos del poder en la República Popular China, y, sobre todo, la familiaridad con los repliegues de la mentalidad china —tan complejos, tan antiguos, tan viscerales en aquella milenaria cultura a pesar del «hombre nuevo» soñado por Mao— confieren a esta versión una convincente autoridad. Hay sobrados elementos para creer que este libro-documento es substancialmente veraz. Por otra parte, la inverosímil versión oficial de la muerte de Lin Piao y el tenaz mutismo posterior exigen una explicación más razonada, más realista, más acorde con las verdades de la Historia que tan a menudo desmienten las pomposas y sobadas «verdades» de las ideologías.

No hay comentarios :