Autor: Vladimir
Volkoff (1932-2005)
Título original: Le retournement (1979)
Traducción:
Enrique Sordo
Cubierta: Antonio
Lax y Francisco Ontañón
Editor: Editorial
Argos Vergara (Barcelona)
Edición: 1ª ed.
en esta colección
Fecha de edición: 1982-12
Descripción física: 349 p.; 13x19,5 cm.: solapas
Serie: Colección Comodín #108
ISBN:
978-84-7017-852-8 (84-7017-852-0)
Depósito legal:
B. 7.348-1980
Estructura: 33
capítulos
Información sobre impresión:
Impreso por Chimenos,
S.A., Dr. Severo Ochoa, s/n., Coll de la Manya, Granollers (Barcelona)
Información de
contracubierta:
Nacido en París, en
1932, de nacionalidad francesa, pero de padres rusos, Vladimir VOLKOFF realizó
estudios de Letras en la Sorbona y se diplomó en la Universidad de Lieja.
Finalizada la guerra de Argelia, en la que intervino, publicó su primera novela
en 1962, y en 1963 obtuvo el premio Jules Verne por su novela Un métro pour
l’enfer. Con el seudónimo de Lavr
Divomlikoff, publicó en 1970 y en 1972 dos novelas, Le Trêtre y L’enfant posthume. En la actualidad reside en Estados Unidos, donde se ha doctorado con
la tesis Hacia una métrica francesa.
Información de solapas:
¿Son los héroes de las
novelas de espionaje los últimos caballeros solitarios? Con escrupulosa
verosimilitud, Vladimir Volkoff nos relata una historia en la que se enfrentan
los servicios especiales franceses, soviéticos y norteamericanos, y en la que
no faltan ni el espía magistral, ni el traidor, ni el asesino, ni la seductora.
Pero el autor no se limita a seguir el curso de la intriga: observa a sus
héroes como a seres de carne y hueso, los analiza y los delata. Porque ha
descubierto el paralelismo que existe entre la información y la literatura,
tareas ambas de “novelista”, puesto que la relación entre un oficial de enlace
y su informador se parece extraordinariamente a la relación entre autor y
personaje. Además, el espionaje ya no constituye un universo aparte, coto
privado de personalidades demoníacas y aventureros sin patria ni fe: hoy casi
todos, consciente o inconscientemente, formamos parte de ese universo de signos
y prodigios, de máscaras y espejismos, a imagen y semejanza de todo el mundo
contemporáneo. ¿Cómo no se va a interesar el autor por el destino último de su
personaje, incluso por la salvación de su alma, si este género de aventura
individual es, quizá, la última apuesta de la siempre ambigua y dudosa
libertad?
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