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viernes, 25 de abril de 2025

UNA NOCHE TRISTE, de Mickey Spillane (Malinca)

Título:
Una noche triste
Autor: Mickey Spillane (1918-2006)
Título original: One lonely night (1951) \ Nº 4 en la serie “Mike Hammer”
Traducción: Manuel Barberá
Editor: Ediciones Malinca (Buenos Aires)
Fecha de edición: 1956-11-23
Descripción física: 223 p.; 12x18,5 cm.
Serie: Colección Cobalto #11
Estructura: 11 capítulos
Información sobre impresión:
Se terminó de imprimir este libro el día 23 de noviembre de 1956 en los Talleres Gráficos J. Hays Bell, Campichuelo 553, Buenos Aires.
 
Información de contracubierta:
Colección Cobalto
Sólo publica autores maestros de la literatura de suspenso.

viernes, 15 de enero de 2016

CACERIA DE MUJER, de Mickey Spillane (Diana)

Título: Cacería de mujer
Autor: Mickey Spillane (1918-2006)
Título original: The girl hunters (1962) \ Nº 7 en la serie “Mike Hammer”
Traducción: Carlos Barrera
Editor: Editorial Diana (México)
Edición: 2ª ed.
Fecha de edición: 1964-09-29
Ediciones anteriores: 1ª ed. (1964-02)
Serie: Colección Caimán #301
Estructura: 13 capítulos
Información sobre impresión:
Esta edición de 8.000 ejemplares se terminó de imprimir el 29 de septiembre de 1964 en los talleres de la Editorial Diana, S.A., Tlacoquemécatl 73 - México, D.F.

Información de cubierta:
Mike Hammer vuelve a la circulación, y ésta es su más reciente aventura

Información de contracubierta:
Durante siete largos años Mike Hammer vivió sumergido en el mundo del vicio. Le fue retirada su licencia de detective privado, y el brillante investigador rodó de mesa en mesa en los más sórdidos tugurios, y desfiló por todas las demarcaciones de policía. Mike Hammer deseaba morir... Considerábase culpable de la muerte de su novia y secretaria, y todos sus amigos, periodistas y policías, lo señalaban como el responsable directo de la desaparición de Velda.
Pero la confesión de un moribundo hace reaccionar a Mike Hammer, y la sola esperanza de que Velda esté viva, lo lleva a correr una aventura más de su larga carrera de detective privado. Tal vez esté un poco golpeado y maltrecho por el whisky, pero Mike Hammer regresa a la vida activa tratando de encontrar a su amada Velda.
En ésta, su más reciente aventura, Mike Hammer tiene que luchar contra una despampanante rubia, una banda de espías internacionales y un maestro del asesinato a quien llaman “El Dragón”.

MI COMENTARIO:
Cuarta novela de Mickey Spillane que leo, después de El asesino, Supervivencia ¡cero! y Con el mundo en sus manos. Ésta última tiene como protagonista al agente secreto Tiger Mann; las dos primeras, al detective privado Michael “Mike” Hammer. Spillane publicó The Girl Hunters en 1962, después de un alto de diez años con su personaje estrella. Nunca quedó en claro la razón de ese período de silencio.
Cacería de mujer, al igual que Supervivencia ¡cero! y alguna otra integrante de la saga, tiene a Hammer involucrado en una trama de espionaje y conspiración. Fue un intento de capitalizar el éxito que tuvo Ian Fleming con James Bond en la segunda parte de los años 50 y principios de los 60, adaptando a un detective de Nueva York al clima de guerra fría de la época.
La novela comienza con un Hammer alcohólico y en la ruina. Viene de siete años de perdición, originados por la desaparición de su secretaria y amor imposible Velda. Llevado a la comisaría, se reencuentra con Pat Chambers, jefe de policía y antiguo amigo. Éste le impone que hable con un prisionero agonizante, Richie Cole, quien tiene información sobre el paradero de Velda y un asesino apodado “El Dragón”, comisionado para matarla. Hammer obtiene la punta del ovillo que le permitirá encontrar a su compañera, pero el panorama resulta confuso.
Mientras se recupera, el detective recibe la visita de Art Rickerby, agente de la Oficina Federal de Investigaciones, un amigo de Cole que quiere vengar su muerte. Los dos llegan a un trato para cumplir sus objetivos. Cuando vuelve a la calle, Hammer va a visitar a Old Dewey, un anciano traficante amigo, y lo encuentra asesinado. A partir de allí, empieza un recorrido por los bajos fondos de la ciudad, reactivando los contactos con periodistas conocidos que le brindan información confidencial.
Los caminos conducen a Leo Knapp, uno de los senadores más importantes de Washington, gran impulsor de la carrera armamentística, asesinado tres años atrás. Todos estos asesinatos parecen tener relación entre sí: fueron cometidos con la misma pistola. Hammer conoce a Laura, su hermosa viuda, y no tarda mucho en enamorarse (a pesar del recuerdo de Velda) y acostarse con ella:

Regresó un minuto más tarde, con el bikini negro más insignificante que jamás haya visto, ofreciéndome un par de calzones para mí. Los dejó en una silla, corrió hacia el estanque y se tiró de cabeza. Yo era un idiota por permitirme el lujo de sentirme como un potrillo, pero el día era perfecto; la mujer, también perfecta, y estos siete años habían sido un esfuerzo largo, duro. Me hice a un lado, recogí los calzones y, sin molestarme en encender la luz de arriba, me vestí en uno de los cuartos y regresé al gran, gran día.
Debajo del agua, ella se movía como una anguila, castaño dorada, y lo negro del bikini resaltando apenas como franjas contra su piel. Era escurridiza y exuberante y más incitadora que cualquier mujer tiene derecho a serlo. Surgió del agua y se sentó en el filo de la piscina, con el estómago metido, de modo que un valle musculoso corría desde su ombligo hasta la ahendedura de sus pechos, cuyas curvas se erguían en orgullosa desnudez muchísimo antes de sentir lo constreñido de la banda superior en miniatura.

Hammer sale ileso de dos intentos de asesinato hechos con disparos a distancia. Sabe que el Dragón fue el responsable. Toma conocimiento que se trata del agente Gorlin de la KGB y que lo usa a él como conducto para llegar a Velda. También descubre que ella y Cole fueron amigos y trabajaron en la inteligencia militar durante la Segunda Guerra Mundial en Europa. Cuando desapareció siete años atrás, Velda en realidad fue secuestrada por un siniestro personaje llamado Gerald Erlich:

—Erlich era el jefe de un grupo de espionaje que se había formado en 1920 (le cuenta Rickerby a Hammer). Esos agentes iban a todos los países de la tierra a disponer todo para la siguiente guerra, y hasta educaban a sus hijos para que se convirtieran en agentes. ¿Se cree usted que la Segunda Guerra fue simplemente el resultado de una combinación política?
—La política no es mi especialidad.
—Buenos, pues no lo fue. Había otro grupo. Tampoco formaba parte de las maquinaciones del Estado Mayor General Alemán. Utilizaban a este conjunto y también la hacía Hitler... o, digamos mejor, viceversa.
Meneé la cabeza, sin entenderlo bien.
—Era un proyecto de conquista mundial. Incorporaba en sí a algunas de las mentes militares más grandes y corrompidas que este sucio mundo haya nunca conocido, y está utilizando las guerras totales y las de otra índole para ventaja propia, hasta que un día, cuando todo esté preparado, puedan apoderarse del universo como cosa propia.

Durante la guerra, Cole y Velda trabajaron en el proyecto Butterfly Two, destinado a combatir a Erlich y sus secuaces. Con su excompañero muerto, ella es la única que conoce la lista de los integrantes de esta conspiración. Por eso es objetivo de Gorlin. Con nuevas averiguaciones, Hammer se entera que Velda estuvo en la Unión Soviética durante los últimos años, y que huyó escondida en un barco junto a Cole.
Cerca del final, Hammer se enfrenta con el Dragón, pero sabe que éste trabaja en conjunto con otra persona, una mujer. No le resulta difícil saber quién es...
Cacería de mujer es una novela despareja: el principio es un tanto confuso y el final bastante previsible y algo estirado; la investigación y el juego del gato y el ratón, en cambio, tienen nervio y momentos apasionantes, sobre todo cuando se devela la red conspirativa de Erlich. La relación entre Mike y Laura es un tanto melosa: Spillane todavía mantiene aquí un romanticismo de soldado desmovilizado, antes de apostar a una mayor frontalidad en las aventuras de Tiger Mann, el espía que creó en 1964. Un libro aceptable.



ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA:
The Girl Hunters (1962) tuvo la dirección de Roy Rowland y la actuación del propio Mickey Spillane como Mike Hammer, en una de las pocas veces que un creador interpretó en el cine a su personaje más conocido. Fue acompañado por Scott Peters (Pat Chambers), Hy Gardner (que aparece como él mismo en la novela), Lloyd Nolan (Arthur Rickerby), Larry Taylor (The Dragon) y Shirley Eaton (Laura Knapp), en una actuación inmediatamente previa a su interpretación de Jill Masterson en Goldfinger. En México se estrenó como Cazador de mujeres; en España, las ediciones en DVD se titularon Cazadores de mujeres.




viernes, 24 de julio de 2015

SUPERVIVENCIA ¡CERO!, de Mickey Spillane (Diana)

Título: Supervivencia ¡cero!
Autor: Mickey Spillane (1918-2006)
Título original: Supervival... zero! (1966) \ Nº 11 en la serie “Mike Hammer”
Traducción: René Cárdenas Barrios
Editor: Editorial Diana (México)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 1972-03-31
Serie: Colección Caimán #507
Estructura: 12 capítulos
Información sobre impresión:
Esta edición de 10.000 ejemplares se terminó de imprimir el día 31 de marzo de 1972 en los talleres de la Editorial Diana, S.A., Tlacoquemécatl y Roberto Gayol, México, D.F.

Información de cubierta:
Una nueva novela policiaca de Mike Hammer.

Información de contracubierta:
Lo habían dejado por muerto en medio de un charco de sangre en su propia alcoba, con el vientre abierto como puertas bostezantes de un pajar, con la empuñadura del cuchillo calzada contra su esternón. Pero la única dificultad era que había continuado vivo en alguna forma, con la vida escapándose de él y consiguió derribar el teléfono de la pequeña mesa y llamarme. Ahora estaba mirándome cuando le quedaban segundos de existencia y todo lo que pudo hacer fue expulsar las palabras:
—Mike... no había razón.
Pero ésa fue la razón por la cual Mike Hammer tenía que descubrir al asesino. Porque, ¿quién podría desear asesinar a un don nadie como Lippy Sullivan y por qué?
Antes que Mike descubra las soluciones, está corriendo en el equipo de la CIA y aprende más de lo que le conviene respecto a la guerra bacteriológica, la industria de la TV y cierta rubia con pestañas pintadas en torno al ombligo.

MI COMENTARIO:
Mike Hammer fue el detective privado estrella de las décadas de los 50 y 60. Creado por Mickey Spillane en 1947, pocos personajes influyeron tanto dentro de su género de pertenencia como él. Esto se nota en la gran cantidad de imitaciones que aparecieron durante esos años y en un estilo que mezcla dureza y confusión que aún perdura. Supervivencia ¡cero! es la undécima novela de la serie, publicada en 1970, antes de sufrir un paréntesis de casi dos décadas, cerrado con el lanzamiento de The Killing Man en 1989. Spillane aún tendría tiempo de terminar otro libro sobre el rudo detective: Black Alley (1996). El veterano escritor Max Allan Collins, gran admirador de su obra, continuó la saga a partir de 2008 con nuevas novelas basadas en los manuscritos dejados por Spillane.

Estas son las novelas protagonizadas por Mike Hammer:
1) I, the Jury (1947)
2) My Gun is Quick (1950)
3) Vengeance Is Mine! (1950)
4) One Lonely Night (1951)
5) The Big Kill (1951)
6) Kiss Me, Deadly (1952)
7) The Girl Hunters (1962)
8) The Snake (1964)
9) The Twisted Thing (1966)
10) The Body Lovers (1967)
11) Survival... Zero! (1970)
12) The Killing Man (1989)
13) Black Alley (1996)
14) The Goliath Bone (2008) [Max Allan Collins]
15) The Big Bang (2010) [Max Allan Collins]
16) Kiss Her Goodbye (2011) [Max Allan Collins]
17) Lady, Go Die! (2012) [Max Allan Collins]
18) Complex 90 (2013) [Max Allan Collins]
19) King of the Weeds (2014) [Max Allan Collins]
20) Kill Me, Darling (2015) [Max Allan Collins]
21) Don't Look Behind You (a publicarse en 2016) [Max Allan Collins]

Si bien Hammer es un detective privado, no un espía, algunas de sus novelas tienen argumentos relacionados con el espionaje y las conspiraciones internacionales. Es el caso de Supervivencia ¡cero!. El libro, ambientado en Nueva York, comienza con el descubrimiento del cadáver de Lippy Sullivan, un antiguo compañero de escuela de Hammer. Si bien Lippy era un donnadie y la policía no muestra mayor interés en resolver el caso, Hammer demuestra su obsesión por la justicia y cierta deuda sentimental con su conocido, y decide averiguar las razones del brutal homicidio. Al mismo tiempo, se suceden asesinatos que parecen indicar la existencia de un complot para destruir Norteamérica con armas biológicas, manejadas por agentes soviéticos rebeldes que llevan años implantados en EE.UU. Hammer intuye que la muerte de Sullivan tiene que ver con esto y emprende un viaje sangriento para encontrarlos.
La novela es una combinación de escenas densas, brutales y eróticas con otras muy obtusas, que incomodan al lector. Esa era la marca registrada de Spillane, que juega a ser un maestro del sadismo más que un escritor de suspenso. La trama se vuelve confusa, afiebrada, pero tiene garra: la psicosis de los personajes se justifica sola gracias a su ferocidad y animalidad. Es un mundo loco que necesita de tipos aún más locos para que no estalle. Aparte de Velda, la inseparable secretaria de Hammer (que aquí tiene un papel importante en la averiguación de los hechos), aparecen, cómo no, dos femmes fatales: la actriz Heidi Anders y Renée Talmage, compañera de William Dorn, poderoso empresario químico. Una de ellas le dará al investigador el mayor de los placeres, mientras que la otra lo arrastrará al borde del abismo, innovando antes en el placer sexual:

Volví a cerrar los ojos, borrando todo pensamiento por el minuto que estuvo ausente y luego la oí regresar y los abrí nuevamente. Arrojó una almohada al piso, junto al diván, se arrodilló con los brazos extendidos y el vibrador que había fijado en su mano empezó a latir locamente, mientras ella comenzaba en mi cuello e iniciaba un viaje lento, deliberado, por otras áreas.

Supervivencia ¡cero! no deja de ser la típica historia de detectives enredados con mujeres y asesinatos, sólo que Spillane hace hincapié en estos dos factores, profundizando en la descripción de cadáveres despanzurrados y cabalgatas sexuales. Puede decirse que Spillane fue el gran precursor de la sensibilidad porno que invadió la literatura y el cine a finales de los 60. El complot genocida termina siendo una historia paralela y secundaria: un transfondo tenebroso explicado a Hammer (y a los lectores) por los policías y periodistas que van apareciendo. Fue un procedimiento utilizado en muchas novelas detectivescas para adaptarse al interés por las historias de espías que hubo en esa época.
Creo que se lee mejor con alguna copa de más.