Autor: Mickey
Spillane (1918-2006)
Título original: The girl hunters (1962) \ Nº 7 en la
serie “Mike Hammer”
Traducción:
Carlos Barrera
Editor: Editorial
Diana (México)
Edición: 2ª ed.
Fecha de edición:
1964-09-29
Ediciones anteriores:
1ª ed. (1964-02)
Serie: Colección
Caimán #301
Estructura: 13
capítulos
Información sobre
impresión:
Esta edición de 8.000
ejemplares se terminó de imprimir el 29 de septiembre de 1964 en los talleres
de la Editorial Diana, S.A., Tlacoquemécatl 73 - México, D.F.
Información de
cubierta:
Mike Hammer vuelve a
la circulación, y ésta es su más reciente aventura
Información de
contracubierta:
Durante siete largos
años Mike Hammer vivió sumergido en el mundo del vicio. Le fue retirada su
licencia de detective privado, y el brillante investigador rodó de mesa en mesa
en los más sórdidos tugurios, y desfiló por todas las demarcaciones de policía.
Mike Hammer deseaba morir... Considerábase culpable de la muerte de su novia y
secretaria, y todos sus amigos, periodistas y policías, lo señalaban como el
responsable directo de la desaparición de Velda.
Pero la confesión de
un moribundo hace reaccionar a Mike Hammer, y la sola esperanza de que Velda
esté viva, lo lleva a correr una aventura más de su larga carrera de detective
privado. Tal vez esté un poco golpeado y maltrecho por el whisky, pero Mike
Hammer regresa a la vida activa tratando de encontrar a su amada Velda.
En ésta, su más
reciente aventura, Mike Hammer tiene que luchar contra una despampanante rubia,
una banda de espías internacionales y un maestro del asesinato a quien llaman
“El Dragón”.
MI COMENTARIO:
Cuarta novela de Mickey Spillane que leo, después de El asesino, Supervivencia ¡cero! y Con el mundo en sus manos. Ésta
última tiene como protagonista al agente secreto Tiger Mann; las dos primeras,
al detective privado Michael “Mike” Hammer. Spillane publicó The Girl Hunters en 1962, después de un
alto de diez años con su personaje estrella. Nunca quedó en claro la razón de
ese período de silencio.
Cacería de mujer, al igual que Supervivencia ¡cero! y alguna otra integrante de la saga, tiene a
Hammer involucrado en una trama de espionaje y conspiración. Fue un intento de
capitalizar el éxito que tuvo Ian Fleming con James Bond en la segunda parte de
los años 50 y principios de los 60, adaptando a un detective de Nueva York al
clima de guerra fría de la época.
La novela comienza con un Hammer alcohólico y en la ruina.
Viene de siete años de perdición, originados por la desaparición de su
secretaria y amor imposible Velda. Llevado a la comisaría, se reencuentra con
Pat Chambers, jefe de policía y antiguo amigo. Éste le impone que hable con un
prisionero agonizante, Richie Cole, quien tiene información sobre el paradero
de Velda y un asesino apodado “El Dragón”, comisionado para matarla. Hammer
obtiene la punta del ovillo que le permitirá encontrar a su compañera, pero el
panorama resulta confuso.
Mientras se recupera, el detective recibe la visita de Art
Rickerby, agente de la Oficina Federal de Investigaciones, un amigo de Cole que
quiere vengar su muerte. Los dos llegan a un trato para cumplir sus objetivos.
Cuando vuelve a la calle, Hammer va a visitar a Old Dewey, un anciano
traficante amigo, y lo encuentra asesinado. A partir de allí, empieza un
recorrido por los bajos fondos de la ciudad, reactivando los contactos con
periodistas conocidos que le brindan información confidencial.
Los caminos conducen a Leo Knapp, uno de los senadores más
importantes de Washington, gran impulsor de la carrera armamentística,
asesinado tres años atrás. Todos estos asesinatos parecen tener relación entre
sí: fueron cometidos con la misma pistola. Hammer conoce a Laura, su hermosa
viuda, y no tarda mucho en enamorarse (a pesar del recuerdo de Velda) y
acostarse con ella:
Regresó un minuto más
tarde, con el bikini negro más insignificante que jamás haya visto,
ofreciéndome un par de calzones para mí. Los dejó en una silla, corrió hacia el
estanque y se tiró de cabeza. Yo era un idiota por permitirme el lujo de
sentirme como un potrillo, pero el día era perfecto; la mujer, también
perfecta, y estos siete años habían sido un esfuerzo largo, duro. Me hice a un
lado, recogí los calzones y, sin molestarme en encender la luz de arriba, me
vestí en uno de los cuartos y regresé al gran, gran día.
Debajo del agua, ella
se movía como una anguila, castaño dorada, y lo negro del bikini resaltando
apenas como franjas contra su piel. Era escurridiza y exuberante y más
incitadora que cualquier mujer tiene derecho a serlo. Surgió del agua y se
sentó en el filo de la piscina, con el estómago metido, de modo que un valle
musculoso corría desde su ombligo hasta la ahendedura de sus pechos, cuyas
curvas se erguían en orgullosa desnudez muchísimo antes de sentir lo
constreñido de la banda superior en miniatura.
Hammer sale ileso de dos intentos de asesinato hechos con
disparos a distancia. Sabe que el Dragón fue el responsable. Toma conocimiento
que se trata del agente Gorlin de la KGB y que lo usa a él como conducto para
llegar a Velda. También descubre que ella y Cole fueron amigos y trabajaron en la
inteligencia militar durante la Segunda Guerra Mundial en Europa. Cuando
desapareció siete años atrás, Velda en realidad fue secuestrada por un
siniestro personaje llamado Gerald Erlich:
—Erlich era el jefe de
un grupo de espionaje que se había formado en 1920 (le cuenta Rickerby a
Hammer). Esos agentes iban a todos los
países de la tierra a disponer todo para la siguiente guerra, y hasta educaban
a sus hijos para que se convirtieran en agentes. ¿Se cree usted que la Segunda
Guerra fue simplemente el resultado de una combinación política?
—La política no es mi
especialidad.
—Buenos, pues no lo
fue. Había otro grupo. Tampoco formaba parte de las maquinaciones del Estado
Mayor General Alemán. Utilizaban a este conjunto y también la hacía Hitler...
o, digamos mejor, viceversa.
Meneé la cabeza, sin
entenderlo bien.
—Era un proyecto de
conquista mundial. Incorporaba en sí a algunas de las mentes militares más
grandes y corrompidas que este sucio mundo haya nunca conocido, y está
utilizando las guerras totales y las de otra índole para ventaja propia, hasta
que un día, cuando todo esté preparado, puedan apoderarse del universo como
cosa propia.
Durante la guerra, Cole y Velda trabajaron en el proyecto
Butterfly Two, destinado a combatir a Erlich y sus secuaces. Con su excompañero
muerto, ella es la única que conoce la lista de los integrantes de esta
conspiración. Por eso es objetivo de Gorlin. Con nuevas averiguaciones, Hammer
se entera que Velda estuvo en la Unión Soviética durante los últimos años, y
que huyó escondida en un barco junto a Cole.
Cerca del final, Hammer se enfrenta con el Dragón, pero sabe
que éste trabaja en conjunto con otra persona, una mujer. No le resulta difícil
saber quién es...
Cacería de mujer
es una novela despareja: el principio es un tanto confuso y el final bastante
previsible y algo estirado; la investigación y el juego del gato y el ratón, en
cambio, tienen nervio y momentos apasionantes, sobre todo cuando se devela la
red conspirativa de Erlich. La relación entre Mike y Laura es un tanto melosa:
Spillane todavía mantiene aquí un romanticismo de soldado desmovilizado, antes
de apostar a una mayor frontalidad en las aventuras de Tiger Mann, el espía que
creó en 1964. Un libro aceptable.
ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA:
The
Girl Hunters (1962) tuvo la dirección de Roy Rowland y la actuación
del propio Mickey Spillane como Mike Hammer, en una de las pocas veces que un
creador interpretó en el cine a su personaje más conocido. Fue acompañado por
Scott Peters (Pat Chambers), Hy Gardner (que aparece como él mismo en la
novela), Lloyd Nolan (Arthur Rickerby), Larry Taylor (The Dragon) y Shirley
Eaton (Laura Knapp), en una actuación inmediatamente previa a su interpretación
de Jill Masterson en Goldfinger. En
México se estrenó como Cazador de mujeres;
en España, las ediciones en DVD se titularon Cazadores de mujeres.
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