Autor: Gabriel Veraldi
(1926-2009)
Título original: Le roman d’espionnage (1983)
Traducción: Marcos Lara
Cubierta: Carlos Haces
(diseño); Carlos Franco (fotografía)
Editor: Fondo de Cultura
Económica (México)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 1986-09-10
Descripción física: 183, 9 p.; 11,5x17
cm.
Serie: Colección popular
#303
ISBN: 978-968-16-2409-5
(968-16-2409-2)
Estructura: ver índice
Información sobre
impresión:
Este libro se terminó
de imprimir el 10 de septiembre de 1986, en los talleres de Manuel Sánchez
Castañeda Schumann, 152; 07870 México, D.F.
En la composición se
usó tipo Basrkerville de 8:9; 9; 10 y 10:12 puntos. El tiro fue de 3 000
ejemplares.
Información de
contracubierta:
El detective es el
personaje de un género, la novela policial, que tiene un lugar reconocido en
los estudios y la crítica literaria. Pero ¿qué acontece con el agente secreto,
pilar y punto de partida de la novela de espionaje? Menos mitificado, el agente
secreto tiene asimismo un ascendiente clásico que no debe reducirse a una moda
pasajera, pues tiene a Conrad, Stendhal o Balzac, por ejemplo, como ilustres
cultivadores y precursores.
“Los espías —señaló
Richard Rowan— han ejercido más influencia en la historia que en los
historiadores.” Quizá esto determina que se ignore cómo el espionaje constituye
no sólo materia periodística, sino también uno de los temas profundos de la
literatura y que, al igual que la novela policial, forma un género que exige
ser atendido en sus propios términos e historia.
El autor del presente
libro, Gabriel Veraldi, nos guía, en un ameno recorrido por la literatura
universal, a través de todos los tiempos, hacia el conocimiento y el
reconocimiento de un género ineludible: la novela de espionaje.
Contenido:
Introducción
I. Los orígenes de la
novela de espionaje
Bases antropológicas
Los grandes adelantos
del género: la Biblia, la Ilíada, la Eneida, el San Kuo
El ingreso furtivo
del espía en la literatura del siglo XIX
El precursor
inmediato: la guerra-ficción
Una operación
política inglesa crea la novela de espionaje
II. Los autores de
espionaje: escritores, testigos, propagandistas y fabricantes
Un monopolio
anglosajón con predominio británico
La pléyade británica:
el príncipe de los narradores, el héroe y el Premio Nobel
John Buchan, el
hombre que sabía demasiado
Del héroe al
antihéroe, la inversión de la perspectiva: de Sapper a Maughamm y a Ambler
Los “viejos” de la
segunda Guerra Mundial: Graham Greene, Dennis Wheatley, Ian Fleming
La brigada anti-Bond.
John Le Carré, Len Deighton
Cheyney, Forsyth y
tantos otros: los batallones de la novela inglesa de espionaje
La novela francesa
nace bajo el signo de la revancha y de la resistencia
En el periodo de
entreguerras se lanza la moda del espía: ficciones documentales y documentos
ficticios
“El padre de la
novela de espionaje francesa”: Pierre Nord
Dominique
Ponchardier: el tiempo de los gorilas
Gerard de Villiers:
tiempo de torturadores
San Antonio: el
peligroso ejercicio de la historieta y de la paradoja en la novela de espionaje
La novela de
espionaje industrializado
Grandes series
comerciales, “espionerías” diversas
El “monopolio” de la
calle Garancière
El espionaje en la
novela literaria francesa y la promoción de la novela de intriga internacional
La novela de
espionaje en los Estados Unidos
Algunas palabras
sobre el resto del mundo
Las autoras
III. Algunas
conclusiones
Bibliografía
Índice
MI
COMENTARIO:
Tratado ineludible para conocer y amar al género del espionaje en la
literatura. Veraldi presenta un relato apasionado, lúcido, documentado y ágil
sobre un género a menudo poco apreciado y conocido. Aparecen los antecedentes
(como ciertos pasajes de la Biblia y otros libros antiguos), los libros
seminales del siglo XIX, la gran operación de inteligencia británica que
impulsó definitivamente a la novela de espionaje (y a su fundador, William le
Queux), los autores ingleses más importantes (con semblanzas impresionantes de
John Buchan, Eric Ambler y Dennis Wheatley), la explosión editorial de los años
60, la fundación y evolución en Francia (con autores como Claude Rank, Gérard
de Villiers y San Antonio), las características en EE.UU., las derivaciones en
otros países y la modesta participación de las autoras en un rubro acaparado
por hombres. Es fundamental la identificación de un gran concepto: la “mística
del espía”, que explica la existencia de una profesión tan peligrosa y
fundamenta una producción novelística que algunos lectores considera
inexplicable.
Lo único negativo de un libro tan genial es que no haya tenido una
actualización por parte de su autor, quien falleció en 2009. Realmente fue una
de las lecturas más placenteras que tuve, dentro y fuera del género. ¡Reedición
urgente!
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