Autor: Chuck
Palahniuk (1964-)
Título original: Pygmy (2009)
Traducción:
Javier Calvo
Cubierta: Rodrigo
Corral Design (diseño); Ben Wiseman (il.)
Editor: Mondadori
(Buenos Aires)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición:
2011-09
Serie: Literatura
Mondadori
ISBN:
978-987-658-090-8
Estructura: [s.d.]
Información sobre
impresión:
Esta edición de 4000
ejemplares se terminó de imprimir en Printing Books S.A., Mario Bravo 835,
Avellaneda, Bs. As., en el mes de agosto de 2011.
Información de contracubierta:
Pigmeo forma parte de
un grupo de terroristas adolescentes enviados a Estados Unidos para cometer un
atentado masivo. Camuflado como estudiante de intercambio, el agente 67 deberá
convivir con la típica familia estadounidense mientras planifica el ataque.
Para conseguir su objetivo cuenta con unos conocimientos avanzados de química y
el dominio de las artes marciales. Está entrenado para detonar un artefacto
mortífero en el momento preciso, si consigue, eso sí, controlar sus inoportunas
erecciones.
En esta sátira de
doble filo sobre la xenofobia, Chuck Palahniuk retrata el estilo de vida del
medio oeste americano y nos cuenta una historia de amor y redención.
“La imaginación
retorcida de Palahniuk, en plena ebullición.”
The Seattle
Times
“Palahniuk es brillante.”
The
Washington Post Book World
Información de solapas:
Chuck Palahniuk nació
en Portland, Oregón, en 1964. Su primera novela, El club de la pelea (Literatura Mondadori, 2010), que escribió
en tres meses, no tardó en convertirse en best seller y ser adaptada al cine.
Actualmente, Palahniuk es un autor de gran éxito, y su nombre suele aparecer en
la lista de los más vendidos. Otros títulos suyos son: Monstruos invisibles (Debolsillo, 2003), Asfixia (Literatura Mondadori, 2001), Nana (Literatura Mondadori, 2003), Diario.
Una novela (Literatura Mondadori, 2004), Error
humano (Literatura Mondadori, 2005), Fantasmas (Literatura Mondadori, 2006), Rant. La vida
de un asesino (Literatura Mondadori,
2007) y Snuff (Literatura Mondadori,
2010). Pigmeo es su nueva novela.
“Ingeniosa, divertida,
conmovedora y profundamente inquietante.”
Playboy
“Las novelas de
Palahniuk siempre han estado conducidas por el humor negro. Su estilo
minimalista propulsa la narrativa a través de muchos acontecimientos chocantes
y extraños. Retrato de un personaje inolvidable, Pigmeo traza el nuevo rumbo de un autor que continúa desafiando e intrigando
a los lectores.”
The Boston Globe
MI COMENTARIO:
Un grupo de
adolescentes de un país totalitario innombrado llega a una ciudad de Kansas
en plan de intercambio de estudiantes. Uno de ellos, apodado “Pigmeo” (su nombre verdadero no se menciona) protagoniza la novela; en forma de partes destinados a sus superiores, va relatando
su inserción en una disfuncional familia de clase media, que sirve de
plataforma para ingresar a una base militar secreta y obtener los componentes
para la elaboración de una sustancia química de destrucción masiva, capaz de
provocar una matanza de proporciones en Washington, todo según las directivas
recibidas en su patria.
Pigmeo va
introduciéndose en el estilo de vida norteamericano, siempre bajo su particular óptica ideológica,
inculcada por el régimen de su país. Así conoce lo que es un supermercado, una
iglesia, un colegio secundario, los ritos de cortejo entre estudiantes, etc.
También va adquiriendo una extraña (para él) atracción por la hija del
matrimonio anfitrión, que en un momento dado puede volverse su hermana...
La novela tiene un
fuerte tono artificioso, muy marcado por la repetición de ciertos elementos
narrativos, como las citas de frases de una curiosa mezcla de personajes
históricos, que van de Hitler a Stalin, de Mussolini a Trotsky, y que incluye a Juan Perón y su esposa Evita:
Para que conste en acta, este agente
recuerda las palabras de la sofisticada heroína nacional y belleza santificada
Evita Perón: “Mi peor miedo en la vida es caer en el olvido”.
Otra constante de los comunicados de Pigmeo —que se hace llamar “agente-yo”— son sus opiniones sobre la Norteamérica decadente:
Los medios de comunicación corruptos y
degenerados de América procesan la imagen del agente-yo y los sonidos verbales
de este agente para preservarlos en forma de producto que puedan reproducir
indefinidamente y utilizar para emitir insidiosos memes mercadotécnicos que
impulsen a las personas a adquirir automóviles y a consumir refrescos. A no
dejar nunca de adquirir y consumir.
También la mención de las técnicas de combate en las cuales fue entrenado y que tienen nombres rimbombantes:
Sería posible que el agente-yo flexionara
los músculos de las piernas, saltara por encima de la tumba sentada y repitiera
el Salto del Lince de las Naciones Unidas en Miniatura, catapumba, a fin de
decapitar a la población entera de esta comunidad religiosa. Podría hacer el
León Lacerante, rip-grrrr, y los dientes de este agente destriparían a la
manada de carroñeros de los medios de comunicación.
Sin embargo, el gran acierto de la novela es que no se limita a presentar las vicisitudes de un personaje patético proveniente de una potencia atrasada. Hay un juego de espejos donde aflora la crítica a unos norteamericanos enviciados con el consumo de productos lícitos e ilegales y que, de buena gana, asumirían como propios muchos de los postulados que enuncian Pigmeo y sus camaradas. Hay una parte muy ilustrativa: en cierto momento, un estudiante comienza a disparar y matar en una reunión escolar; Pigmeo reacciona y termina por atacarlo y matarlo: a partir de allí es idolatrado tanto por sus compañeros como por la gente que lo reconoce después de verlo en las noticias. Se admiran sus habilidades en el despliegue físico y las artes marciales, algo que los ciudadanos de un país obsesionado con la seguridad saben apreciar.
De destacar es el
tema de la pedofilia, que sobrevuela la novela, a partir del convencimiento
adquirido por los pequeños terroristas de que en América la mayoría de los
adultos tiene esa tendencia. Incluso son entrenados en cómo reaccionar frente
a un pedófilo, en una escena muy inquietante. También aparece un religioso que
embaraza a Magda, una de las camaradas de Pigmeo... Palahniuk presta constancia
del estado de paranoia con los pedófilos que hay en EEUU y todo Occidente, dejando
al lector la estimación de cuán exagerado es.
La novela se va
fortaleciendo con sus situaciones satíricas, con la posibilidad de nuevas
sorpresas y con la alegre exposición de que los beneficiarios de la libertad no
están lejos de destruirla. Sin embargo, en los últimos tres o cuatro capítulos el
relato se derrumba. Palahniuk no puede o no quiere mantener el gran nivel de
ironía y perturbación que había conseguido, y prácticamente abandona su obra,
dando paso a un desenlace más que convencional. La que pudo haber sido la gran
distopía de inicios de siglo abruptamente se cae a metros de la línea de
llegada.
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